6/04/2009

¿Cuál es la trampa del mundo swinger?


Después de haber estado algún tiempo probando el ámbiente swinger, relacionándome con parejas y visitando "locales liberales", quiero hablar de algo que sentí todo el tiempo; una especie de cosa no dicha pero siempre presente, que si se decía podía arruinar la diversión.

¿Qué es lo propio del término "swinger"? Swinger no es ir a un "local liberal" con una amiga cualquiera o una prostituta, ni tener relaciones con alguien cuya pareja no esté enterada de ello, consintiendo o siendo partícipe. Lo propio del mundo swinger no es la interacción sexual de individuos autónomos. No, son parejas, no individuos, las que interactúan, y allí es donde comienzan las dificultades. ¿Por qué? Porque una pareja implica cierto derecho de posesión, el cual tiene incluso un sustento legal (y a veces religioso) en el caso del matrimonio. Cada uno de los individuos de una pareja tiene que seguir ciertas reglas (implícitas o explícitas). Ni los miembros de las parejas más liberales pueden ser tan liberales si quieren funcionar como tal. Lo verdaderamente liberal sería la infidelidad, es decir, acostarse con quien se les antoje en los términos que se les antoje, sin la necesidad de aprobación del compañero; sin que lo sepa siquiera.

Todo el tiempo la práctica swinger está sujeta a estrictas reglas y vigilancia porque en todo momento las relaciones están en juego. Sí, la práctica swinger es una cosa peligrosa y en parte por ello es tan atractiva para algunos. El problema es que no todos entran con el mismo grado de conciencia al juego y muchas relaciones empiezan a deteriorarse (lo sexual siempre es piedra angular de toda relación). El individuo empieza a gozar y a decidir por su cuenta, dejando paulatinamente atrás a su compañero (al grado de anularlo).

No quiero sembrar miedo ni moralizar ni nada. Es sólo que así suele pasar.

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