12/28/2009

¿Dónde está el goce en el sexo?

relación sexual

La pregunta por el goce en una relación sexual es la cuestión clave de lo que solemos venir a buscar en esta página. ¿Y qué venimos a buscar? No hace falta mas que echarle un ojo a los perfiles que publicamos para saber que la mayoría buscamos conscientemente cosas bien específicas, bien fijas. Cada uno tiene sus propias fijaciones, sus propios fetiches y casi todos venimos buscando que nos satisfagan. Es decir, deseamos encontrar aquí al objeto que nos dé placer. Algunos otros, no pocos, gozan con la dinámica misma, a saber, la idealización que se hace de la sexualidad, con los textos sublimados que se acostumbran escribir, en donde se habla de relaciones y mujeres etereas, de caballeros extra finos y extra sensibles, de cómo se anhela estar con aquella persona que está y a la vez no está ahí, y cosas de ese tipo.
Desde las perspectivas anteriores, me parece, es imposible establecer una relación entre dos sujetos. Se tratan de relaciones sujeto-objeto o sujeto-objetoidealizado. Espero que se entienda lo que quiero decir; no estoy en contra de esto, de hecho, me parece muy divertido y satisfactorio. Sin embargo, algo falta en ese tipo de sexualidad. Hay una carencia de algo difícil de definir. Siempre te quedas con la impresión de que en realidad jamás estuviste con la otra persona, que en el fondo estuviste solo todo el tiempo, que fue una especie de masturbación... ¿Cómo poder superar la soledad en el sexo?
Aunque puedo vislumbrar la respuesta, no pienso ofrecer aquí ningún manual, método, norma, regla o cualquier cosa que se le parezca. Pienso que toda relación humana, es, antes que nada, una mera posibilidad afortunada, una simple coincidencia que puede o no darse, sin ninguna necesidad o causa específica. Lo humano es cuestión de suerte y la única voluntad posible es una voluntad de juego, de azar, de riesgo... Quiero decir, lo único que podemos hacer si queremos dejar abierta la afortunada posibilidad de llegar al otro, es tener la voluntad de renunciar a todos nuestros objetos deseados, ideales y no ideales, a nuestro placer, a nuestra satisfacción, y esperar... esperar poder compartir un goce con el otro...
Al final, creo, lo mejor de la vida es pura cuestión de suerte...

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