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6/09/2009

Intercambio japonés ( I )


De vuelta por aquí y con otra experiencia curiosa, por llamarle de alguna manera ya que este verano fui a Japón con María y decidimos visitar un club en algún lugar del país. No fue fácil encontrar uno porque parece que las páginas web están todas en japonés y digamos que no resulta fácil leerlas. Al final, se me ocurrió que me lo tradujera Google, que para eso está, y encontré todo un submundo digno de las subculturas niponas. Bueno, también encontré un montón de traducciones divertidísimas, pero eso es otro asunto.

En general, parece que se funciona mucho por asociaciones que organizan fiestas e incluso "juegos". En una de las asociaciones, una vez dentro, se te daban las instrucciones para participar y se podía interactuar en el hotel alquilado para la ocasión o también en la calle, cerca del hotel. Habrá que investigar, de momento parece muy excitante estar intercambiando por la calle.

Otra curiosidad es que a los hombres que quieren entrar solos a muchos clubs se les hace una entrevista previa. E incluso en algunos la tarifa va subiendo con la edad (hombre solo hasta los 40, hombre solo de 40 a 50 y hombre solo de más de 50).

De todas maneras, encontramos un club con la web en inglés y que parecía un club normal y corriente, de los que estamos acostumbrados a frecuentar. Bueno, excepción hecha de la sala de sado. No habíamos visto ninguna aún.

Así pues, sin un porro que llevarnos a los pulmones (en Japón las drogas están penalizadísimas) cogimos el último metro hacia Shinjuku y el barrio de Kabuki-cho, que tiene la dudosa fama de ser el único al que los tokyotas te aconsejan no entrar. Estaba bastante animado con sus relaciones públicas trajeados mirando hacia la calle, sus chicas en la acera atrayendo a los clientes hacia los clubs de todo tipo... incluso vimos unas chicas en kimono a la puerta de un... Dios-sabe-qué. Como éramos pareja, no nos hizo nadie ni caso. Además, bastante teníamos con encontrar el club porque estaba bastante, bastante escondido.