4/11/2011

No Se Requiere El Orgasmo

Un orgasmo sólo es placentero si la mujer busca tener uno, y si también es
aceptable para ella. Tenga en mente que el orgasmo es simplemente una forma de
placer, no necesariamente la mejor. Es ciertamente posible que la estimulación
vaginal sea muy placentera para la mujer en la ausencia del orgasmo. Incluso
si el coito vaginal no es una experiencia orgásmica para ella, puede gozarlo y
esperarlo a raíz de la unión emocional entre ella y su pareja. Ella goza la
cercanía e intimidad del acto sexual, más que las sensaciones físicas que
experimenta. Hay también mujeres que son felices si su pareja experimenta
placer y orgasmo, incluso si ellas no lo hacen. Ellas disfrutan dando placer a
su pareja, no solamente recibiéndolo, y reciben a cambio placer emocional.
Esto también es ciertamente aceptable, si no se lo lleva al extremo; en algún
punto la mujer necesita pedir que sea su turno.
Nota: Los hombres tampoco deben ver a su propio orgasmo como un requerimiento
del coito y del sexo; los hombres también fingen el orgasmo.


El coito, o cualquier actividad sexual de esa importancia, puede no ser una
actividad apropiada para una pareja si uno de ellos no lo disfruta física y/o
emocionalmente y el otro está incómodo sabiendo esto. Los hombres y las
mujeres usualmente están muy incómodos usando o siendo usados como una ayuda
masturbatoria. Aun así, las expectativas sociales y de la pareja pueden causar
que las personas que no disfrutan de ciertas actividades sexuales sostengan
así las cosas, tratando de vivir de acuerdo a esas falsas expectativas. Lo que
no se dan cuenta es de que están suponiendo que su pareja disfruta la
actividad, lo cual ciertamente puede no ser el caso. Las parejas terminan
yendo por sexo aun cuando ninguno de los dos encuentra placentero lo que está
haciendo, resultando en que ambos pierdan interés. Por otro lado, el sexo no
puede ser satisfactorio si uno no puede ser honesto, con la pareja y su
consentimiento.

4/08/2011

Una señora elegante...

Una señora elegante y bellísima, de unos 50 años, está acabando de abrocharse su corsé Agent Provocateur. Nos ha invitado a su fiesta sexual privada.
-Cuando queráis, os están esperando.
Luego salió de la habitación. Le había gustado nuestra foto y el texto del anuncio, de modo que se había puesto en contacto con nosotros para que actuáramos en la fiesta liberal que celebra cada mes en la extensa mansión del barrio más pijo y exclusivo de la ciudad. Seríamos una Ama que me sometería a mí, quien por mi parte tendría sometida a otra mujer. Había reunido una treintena de parejas viciosillas en esa mansión en aquella urbanización exclusiva de las afueras
rodeada de colinas y bosques. Mi Ama tiene la mano en el coño mientras un famoso fotógrafo de moda la retrata. Sin tenerle en cuenta termina de ajustarse el liguero de encaje, las negras medias ahumadas hasta los muslos y sus sandalias de tacones finos y vertiginosos.
Luego coge su látigo de cuero brillante y lo hace chasquear con violencia en el aire, a escasos centímetros de mi oído derecho. Engancho una larga cadena de acero inoxidable al minúsculo collar tipo gatita que lleva en torno al cuello (es su única prenda) mi sumisa arrodillada; le doy un par de tirones y comienza a gatear lujuriosamente hacia el salón. Todas las parejas reunidas en el salón enmudecen
al vernos entrar y fijan su atención en nosotros. El aire es cálido. El público es guapo, eso salta a la vista. Guapo, joven...
y rico. Me fijo en una treintañera que desprende el aroma caliente y erótico del deseo. Dos pelirrojas muy jóvenes vestidas de monja flanquean a un surfero de pelo largo y torso desnudo y moreno. Una rubia de bote de cuarenta y cinco años con un vestido de Gucci escotado me hunde en la boca su índice con la uña acrílica y esmaltada en rojo sangre. Chupo el dedo con fruición como un presagio de lo que está por venir.
Mi Ama me da un fuerte azote en mi glúteo izquierdo con el mango tachonado de cristales de su látigo. Me ordena que me arrodille mientras me enseña una polla de goma negra.
-¡Chúpame la polla, esclavo!
La obedezco y me adentro el falo color ébano hasta el fondo de la boca. Pero mi Ama no ha acabado aún conmigo y me ordena que me dé la vuelta y abra los muslos. Mis ajustados pantalones de cuero negro tienen una cremallera de dos direcciones que recorre toda mi entrepierna.
-¡Bájale la cremallera del culo!, y mi sumisa cumple dilecta, pero lentamente y con sensualidad la orden.
-¡Postura de perro!, y yo, claro está, me arrodillo y apoyo las palmas de mis manos en la alfombra de pelo blanco que en otro tiempo abrigó a un oso polar. Mi polla, ahora libre cuelga y roza la alfombra hasta que la erección se consuma y trata de alcanzar la horizontalidad. Mi ama se sienta encima de mí mientras unta de gel lubricante la reproducción perfecta de la polla de senegalés que se bambolea entre sus manos. Luego me la clava en el culo. Hasta el fondo, sin contemplaciones. Ahogo el alarido que me provoca tanto dolor pero no puedo evitar emitir un sordo quejido que noto la excita a ella y a toda la concurrencia. Con la mano que le queda libre le arrebata la copa a la treintañera, da un sorbo al Gin Collins que está bebiendo y deja que un perezoso reguerillo le gotee de la boca sobre mi ano dolorido. Me corro con ganas. Resulta bastante evidente y el público aplaude. Sé que mi Ama todavía no se ha quedado contenta, de modo que, en cuanto acaba el número, desaparece en una habitación discreta junto al macizo surfista y sus turgentes acompañantes. Después de recomponer mi atuendo di unas vueltas con mi perrilla sumisa hasta que me senté junto a la treintañera a beber una copa. Aun se mantiene joven aunque la rodea un
cierto aire conservador, como si en la vida real fuera una juez o la propietaria de un emporio industrial.
-Nunca he besado a una chica, me dice. Entonces ordeno a mi sumisa que la bese. Esta, sin dilación, junta su boca a la suya y traza círculos en su interior con su lengua caliente. Llega otra. Es la veinteañera. Lleva un vaporoso vestido talar blanco con una marabú de plumas color lavanda a lo largo del escote. Me dice: "Quiero meterle el puño a tu perra, ¿me dejas?" Asiento. La joven vestida de romana se echa un pegote de lubricante en la mano derecha, forma una bola con ella y se la embute hasta la muñeca en el chumino. Vuelvo a empalmarme.

4/07/2011

¿¿¿Parejas basadas en calificaciones???


Alguna vez ya había escuchado decir a alguien, "un seis no puede aspirar a estar con un diez" como diciendo ¡UBICATE! y hace un par de dias volví a recordar esto ya que una mujer recibió una propuesta de un hombre y ella comentó..."¿por qué la gente no se ubica?" como queriendo decir "mirate en el espejo y date cuenta que no puedes aspirar a cualquier persona". ¿Será esto cierto? como algún tipo de selección natural.

Obviamente todos tenemos ciertos gustos y nos sentimos atraidos por personas que tienen características físicas particualres o algo en común para poder conversar, pero pensar de esa manera me parece excesivo.
Una vez escuché en un programa de radio a una mujer cuyo novio era mesero y ellos estaban muy enamorados, pero la familia de ella rechazaba por completo esa relación por el sólo hecho de ser mesero, ya lo veian como alguien inferior.

¿Alguna vez pensaron, "¿cómo se le ocurre invitarme a salir? o ¿por qué me coquetea? no ve que estoy fuera de su alcance"

12/28/2009

¿Dónde está el goce en el sexo?

relación sexual

La pregunta por el goce en una relación sexual es la cuestión clave de lo que solemos venir a buscar en esta página. ¿Y qué venimos a buscar? No hace falta mas que echarle un ojo a los perfiles que publicamos para saber que la mayoría buscamos conscientemente cosas bien específicas, bien fijas. Cada uno tiene sus propias fijaciones, sus propios fetiches y casi todos venimos buscando que nos satisfagan. Es decir, deseamos encontrar aquí al objeto que nos dé placer. Algunos otros, no pocos, gozan con la dinámica misma, a saber, la idealización que se hace de la sexualidad, con los textos sublimados que se acostumbran escribir, en donde se habla de relaciones y mujeres etereas, de caballeros extra finos y extra sensibles, de cómo se anhela estar con aquella persona que está y a la vez no está ahí, y cosas de ese tipo.
Desde las perspectivas anteriores, me parece, es imposible establecer una relación entre dos sujetos. Se tratan de relaciones sujeto-objeto o sujeto-objetoidealizado. Espero que se entienda lo que quiero decir; no estoy en contra de esto, de hecho, me parece muy divertido y satisfactorio. Sin embargo, algo falta en ese tipo de sexualidad. Hay una carencia de algo difícil de definir. Siempre te quedas con la impresión de que en realidad jamás estuviste con la otra persona, que en el fondo estuviste solo todo el tiempo, que fue una especie de masturbación... ¿Cómo poder superar la soledad en el sexo?
Aunque puedo vislumbrar la respuesta, no pienso ofrecer aquí ningún manual, método, norma, regla o cualquier cosa que se le parezca. Pienso que toda relación humana, es, antes que nada, una mera posibilidad afortunada, una simple coincidencia que puede o no darse, sin ninguna necesidad o causa específica. Lo humano es cuestión de suerte y la única voluntad posible es una voluntad de juego, de azar, de riesgo... Quiero decir, lo único que podemos hacer si queremos dejar abierta la afortunada posibilidad de llegar al otro, es tener la voluntad de renunciar a todos nuestros objetos deseados, ideales y no ideales, a nuestro placer, a nuestra satisfacción, y esperar... esperar poder compartir un goce con el otro...
Al final, creo, lo mejor de la vida es pura cuestión de suerte...

11/03/2009

EL SEXO MEJORA CON LA EDAD

experiencia sexual
El sexo puede mejorar con el tiempo y llegar a ser motivador de la plenitud. De hecho, a partir de los 40, contamos con mayor experiencia sexual y, sabiendo aprovecharla, se pueden conseguir resultados inesperados.

En materia de amor y sexo, existe un abanico interminable de posibilidades y las afirmaciones suelen temblar ante cada caricia.

Un matrimonio de décadas no significa rutina sexual, aburrimiento, ni mucho menos. Incluso hasta en parejas de antaño, el sexo puede ser una aventura constante.

La experiencia es lo que vale
Muchos especialistas coinciden en que el saber utilizar la experiencia -no sólo en materia sexual, sino también poniendo en practica la conversación frontal y honrada con la pareja- permite descubrir ciertos aspectos de la sexualidad que no se conocían e incluso se puede abrir una ventana a una renovación infinita.
La recomendación es: hablar con su pareja sobre los gustos propios y ajenos, sobre las necesidades y fantasías. A esta edad, muchas cosas pueden comenzar.
Aprovechando por ejemplo, la paciencia (contraria al apuro adolescente), tomándose su tiempo para acariciar, besar, y abrazar. Comunicarse con el otro con gestos, movimientos, miradas, sientir la intimidad en todas sus formas, disfrutarla.

Anímate a explorar
Experimentar, explorar, indagar, preguntar, liberarse de los prejuicios, jugar con la pareja. Guardar ese tiempo para dejar fuera las preocupaciones (no hablar de ellas en ese momento).
Esto ayudará a descubrir sensaciones que no conocías, y no sólo en el aspecto sexual, sino ampliándose al terreno emocional. El sexo es una forma de llegar a la plenitud, es una forma de sensibilizarse hasta el extremo.
Evitar ponerse serio durante esos instantes, que distraerá del verdadero sentido del momento-, divertirse, experimentar, liberarse...Las formas de estimularse son tantas y tan variadas como personas hay en el mundo.
Sin embargo, existe un grupo de personas que se anima por contacto visual, mirando películas eróticas, mientras que otras personas prefieren el estímulo por contacto, por ejemplo a través de masajes (cada uno tiene zonas particularmente sensibles).
Otros amantes se encienden leyendo relatos eróticos, así como también existen personas que se estimulan a través de la diversión. No saber qué hacer para encontrar la forma de acrecentar su apetito sexual, no es un problema sin solución.
Muchas veces este problema se soluciona “practicando” y experimentando y otras veces, es necesario la intervención de un sexólogo que lo ayude.

Aceptar los cambios
Es imprescindible aceptar y elaborar que el funcionamiento sexual (propio y de la pareja) cambia en ésta etapa de la vida. Si lo haces, podrás adaptarse en cuerpo y mente a esos cambios y mantener fresca y vital tu vida sexual.
El momento de acudir a un profesional es cuando se piensa: “no se qué hacer para mejorar”.
La terapia también puede ser muy útil para aceptar que:
-Tu cuerpo está cambiando, al igual que el de tu pareja.
-Tu comportamiento sexual está cambiando (puede ser que para mejor) y es importante que lo asumas para poder mantener tu vigor y salud.
Las relaciones en la mediana edad pasan barreras que las llevan a nuevas etapas, y por ello es importante reconocer esos cambios y adaptarse a ellos para poder mejorar la vida sexual.
Hablar con la pareja y mantener una relación de sinceridad, para poder liberarse de ciertos prejuicios internos.
Con respecto a los cambios físicos, es fundamental que las mujeres sepan la normalidad de experimentar sequedad vaginal, y la posibilidad de utilizar lubricantes adecuados para solucionarlo.
Esto debe ser compartido con la pareja para poder manejarse normalmente durante la relación.
En cuanto a los hombres, es normal la experimentación de erecciones más suaves, más costosas (aunque esto no signifique la necesidad de tomar viagra).
De hecho, muchas personas no saben que es posible tener un orgasmo sin tener una erección y dar al mismo tiempo placer sexual a la pareja.
También es apropiado que el hombre vea a un especialista si es que tiene urgencia por algún síntoma importante en cuestiones sexuales.
Otros especialistas indican que practicar sexo oral, recibir masajes sexuales sensuales, practicar la masturbación mutua y darse una ducha juntos mejora la relación y la comunicación de la pareja

Romanticismo
Si no tienes la posibilidad de arreglar toda esta producción, utiliza el factor sorpresa: busca a tu pareja y manten alguna aventura en un pasillo o ascensor.
Cuando el otro llegue a casa, salúdalo con un beso y abrazo apasionados y cierra la puerta con energía para darle paso a lo salvaje.
Algunas investigaciones recientes, indican que el ambiente sexual en personas de edad es mucho más importante que en las personas más jóvenes. Y tiene que ver también con el tiempo que lleva la relación sexual y el tiempo que se invierte en ella.
Manejar la ambientación, poner música romántica, velas aromáticas, flores al lado de la cama, vestirse sensualmente con sedas y ropa interior sugestiva, tomar un baño espumante con un buen champagne o bailar sensualmente con luces bajas.
Otro factor importante es la “escena familiar”. En general este tipo de lugares está poco predispuesta a lo erótico. Cambia de ambiente, usa el garaje, la regadera o el patio, anímate nuevamente a usar el asiento trasero del auto.
Eso sí, mantener la higiene, lavarse los dientes es mucho más sensual, y estar perfumado o con aspecto de frescura te predispondrá a la sexualidad.
Otra forma de iniciar un contacto sexual es el teléfono. Habla con tu pareja durante la tarde sobre que harán por la noche.
Imaginar, inventar escenas, fabricar pensamientos, establecer ansiedades, jugar con la incertidumbre, son buenas técnicas para despertar la sexualidad.

Tiempo y oportunidad
Si tienes la agenda muy ocupada, dedica tu tiempo libre al sexo. Si tienes hijos, aprovecha la mañana o la noche para salir o tener intimidad.
Dale a la sexualidad la importancia que merece y la que alguna vez fue punto de contacto con tu pareja, revive esos momentos de disfrutar y haslo constantemente.
Busca momentos de intimidad, de romanticismo de abrazos. Acércate a tu pareja y conversen.
Algunas parejas prefieren dedicar ciertos momentos al sexo, varias veces por semana, otras prefieren aprovechar el momento cuando este se dé espontáneamente.
La cuestión es que ese momento exista y que se pueda disfrutar, dar prioridad sólo al momento de encuentro con la pareja, mantenerlo siempre en primer orden.
Nunca asumas que ya sabes todos los gustos sexuales de tu pareja, las sensaciones cambian regularmente, y estar convencido de ello te asegura la dinámica sexual que mantiene el interés vivo. El erotismo no es matemático y cambia con lo emocional.
Junto a esos cambios, la relación de pareja, se va renovando. Es una manera útil y efectiva de ser siempre jóvenes. El sexo puede mejorar con la edad... y si te preguntas ¿por qué? Pon en práctica estos consejos y encontrarás la respuesta:

SÍ…EL SEXO MEJORA CON LA EDAD.

8/21/2009

¿Sexo vacío?

experiencia sexual
¿Hay sexo "vacío"? Yo diría que no. La sexualidad es más simple de lo que creemos; o mejor dicho, más plana, menos profunda.
Solemos llamar "vacío" a esa sensación de carencia que nos acompaña en ciertos momentos. Solemos decir que una relación, por ejemplo, es "vacía" cuando nos parece trivial. Un adjetivo emparentado es "superficial". ¿Puede ser superficial el sexo? Yo diría que no, que nunca lo es. Entonces, ¿por qué antes, en y después de ciertas relaciones sexuales, nos sentimos vacíos? La respuesta, me parece, la hemos de buscar en nosotros mismos, no en el sexo. Lo vacío y lo superficial está en nosotros mismos, no en lo que sucede en la relación (y mucho menos en nuestras parejas). Así pues, a la pregunta acerca de la vacuidad del sexo, hemos de responder algo similar a la pregunta sobre la existencia de preguntas estúpidas: no hay preguntas estúpidas, sino gente estúpida que hace preguntas. Por lo demás, lo mismo va para el sexo aburrido, violento, tierno, etc. (Recuerden esto sobre todo cuando se les ocurra quejarse)

6/18/2009

Sobre las preferencias sexuales...

preferencias sexuales
A muchos nos ha tocado la decepción de ver que algunas de las chicas más apetecibles del sitio son lesbianas. Como siempre, la frustación lleva a cuestionamientos y rebeldías. ¿Por qué no podríamos pasarla bien juntos? ¿Acaso no soy capaz de brindarles placer? Bueno, pues el hecho es que me puedo plantear la misma pregunta cuando algún chico gay se me acerca; y nunca obtengo una respuesta realmente satisfactoria. ¿Por qué? Pienso que porque la preferencia sexual es una cosa de lo más contingente, una mera casualidad que podría cambiar si bajáramos un poco nuestro nivel de represión.
Sí, me gustan las chicas, cierto tipo de chicas, pero he de reconocer que esa especificidad no es más que una fetichización. Son, en mi psique, objetos apetecibles, cosas que me hacen salivar, que despiertan mi hambre. Pero, más allá de esa fijación, hay todo tipo de sujetos que me podrían brindar nuevas y satisfactorias experiencias, sin que siquiera lo espere o lo desee. Eso es un hecho que sólo es impedido por mis inhibiciones. ¿Por qué no abrirme a experimentar con mujeres y hombres que no entran en el canon actual de mi deseo? Seguramente me llevaría muy buenas sorpresas, más allá de lo que ya se está volviendo habitual y de hecho tedioso por tanta repetición... Y me las he llevado, he de confesar, jeje =P. El punto era ejemplificar lo limitado de las definiciones que solemos poner en nuestros perfiles, en sólo uno de los rubros (porque si nos ponemos a hablar de los demás, no acabamos). De hecho, creo que sería imposible encontrar a una persona que responda a todas las exigencias que planteamos. Es increíble la especialización en la que suele incurrir nuestro deseo y lo mucho que suele arruinar nuestro goce sexual.